lunes, 8 de noviembre de 2010

TAREA PARA LOS ESTUDIANTES DE 5ºC MATUTINO

Apreciables alumnos de 5º C matutino, Preparatoria Regional de El Grullo:
Favor de poner en el área de comentarios sus trabajos de lecturas encadenadas y fábulas. La fecha límite es el día viernes 12 de noviembre de 2010.

Cualquier cosa que aprendas, jamás te estorbará; cualquier cosa que dejes de aprender, más de alguna vez te hará falta. Anónimo

sábado, 24 de abril de 2010

TAREA PARA LOS ESTUDIANTES DE 5° A MATUTINO: CUENTOS BREVÍSIMOS

Apreciables alumos:
Favor de subir los cuentos de cien y cincuenta palabras que elaboraron en clase, al área de comentarios de esta entrada.






Cualquier cosa que aprendas, jamás te estorbará; cualquier cosa que dejes de aprender, más de alguna vez te hará falta. Anónimo

sábado, 17 de abril de 2010

¿ALUMNOS PROBLEMA? NUEVO LIBRO DE JOSÉ FRANCISCO COBIÁN FIGUEROA


El presente trabajo es la tesis mediante la cual su autor obtuvo el grado de Maestro en Educación con Intervención en la Práctica Educativa. por el Centro de Estudios de Posgrado de la Secretaría de Educación Jalisco. Fue escrita predominantemente dentro del enfoque cualitativo y el método etnográfico, y busca proponer soluciones a las siguientes problemáticas: ¿Cómo puede el docente del nivel bachillerato de la Universidad de Guadalajara intervenir y transformar su práctica educativa? ¿Cómo lograr que mejore el aprendizaje de los alumnos que no participan, no se integran al grupo ni cumplen con tareas y trabajos? Notas de campo, registros y encuestas apoyan el desarrollo de su proyecto de intervención, el diseño de una o varias estrategias, su correspondiente implementación y la evaluación del trabajo.Umbral Editorial, S. A. de C. V.http://www.umbral.com.mx



Cualquier cosa que aprendas, jamás te estorbará; cualquier cosa que dejes de aprender, más de alguna vez te hará falta.
Anónimo

domingo, 11 de abril de 2010

NOVELA COLECTIVA: TRABAJO PARA LOS ESTUDIANTES DE 5° A MATUTINO

Estimados estudiantes: envío a ustedes un saludo y una felicitación por la preocupación expresada acerca de que esta tarea no estuvo puesta en el blog durante las vacaciones. La razón es que quise que disfrutaran su descanso y vinieran con energías renovadas para emprenderla. A partir de mañana (12 de abril de 2010) ustedes seguirán el orden que habíamos propuesto, resolviendo el trabajo (un estudiante por día). No se preocupen por poner título a sus capítulos, háganlo sólo numerándolos como en el ejemplo. El título de la novela, lo acordaremos al final. A continuación, el primer capítulo de la novela.
Capítulo 1
José Collado llegó el sábado temprano al círculo literario al que pertenecía desde cuatro años antes. Se le había ocurrido la idea de proponer a sus amigos un concurso interno de novela policíaca, con el propósito de tener un pretexto para incursionar en ese género literario tan socorrido en los últimos tiempos.
Ningún otro miembro del círculo aparecía aún. Faltaban al menos treinta minutos para la hora que desde siempre se tenía acordada para las reuniones; así que José conectó la cafetera, puso agua en el depósito de cristal, añadió café en el papel filtro, y se sentó a esperar.
Mientras el agua entraba en ebullición y empezaba a teñirse del arómatico brebaje, Collado -como lo conocían sus compañeros del Círculo- sacó del maletín un puñado de hojas para máquina escritas a mano y comenzó a leer el borrador de un cuento que había estado trabajando la noche anterior. Era el quinto de una serie de veinte que se había propuesto crear para su siguiente libro de historias cursis.
La lectura era lenta, cuidadosa. Los ojos pasaban como caricia por cada una de las palabras, y el cerebro iba armando el código y descifrando el mensaje. El rostro del autor alternaba gestos de emociones diversas: un momento una sonrisa; otro, una mueca angustiada; uno más, un rasgo de preocupación... en tres ocasiones manifestó decepción e, irremediablemente, levantó la pluma de tinta roja que portaba en la mano izquierda, y -como si se tratase de un bisturí- la dejó caer sobre las oraciones y los párrafos que le habían parecido inconvenientes, ocasionándoles tachaduras extensas. El color de la tinta aparecía en el papel como herida quirúrgica, como amputación, como cercenamiento, como sangre fresca, como incontenible hemorragia. Deshacer partes del mensaje eran eso: una mutilación, un filicidio doloroso, cruel y necesario.
Estaba convencido de que ser escritor no es una cuestión de inspiración, sino de oficio. Es decir, que el escritor se hace mediante el trabajo constante, la práctica diaria. Y una obra se construye mediante la escritura, la lectura, la corrección, la reescritura, la relectura y la recorrección... todas las veces que sea necesario, hasta que el texto dice exactamente lo que su creador quiere que diga.
El agua de la cafetera empezó a burbujear y el vapor se extendió por la enorme sala de la casa impregnando las paredes, las sillas, el librero y los libros; y saturando el olfato de Collado, quien terminó de rayar el texto y empezaba ya a escribir notas al pie y al margen de cada una de las hojas, en sustitución de los fragmentos eliminados del texto inicial.
El cuento iba cobrando forma. Grosso modo, trataba de una bella muchacha enamorada de la vida y de un joven que conoció en los primeros días de la universidad y con el cual sostenía una relación sólida y feliz. Pero un día, ella empezó a sentir que algo crecía en su abdomen. Tuvo náusea y vómito; perdió el apetito, se fue poniendo pálida y perdiendo peso. Acudió a consulta médica y tras una serie de interrogatorios, de exámenes físicos y de pruebas de laboratorio, el médico le dijo que los resultados eran positivos, y que debía comunicárselos a sus padres de inmediato. Ella prefirió callar. No quería angustiar a sus padres con una noticia semejante. Así que, mientras perduraban las molestias, aumentaba la palidez y seguía perdiendo peso, el bulto del abdomen seguía siempre creciendo. Se puso ropa floja para que no se notara. Y nadie lo notó. Los padres lo supieron en el último momento, cuando era imposible de ocultar, y cuando ya no fue necesario seguir fingiendo. Esa madrugada le empezaron unos dolores horribles, y antes de media mañana el cáncer la venció para siempre.
Con algo de satisfacción por el argumento de la historia, Collado dejó las hojas en la silla y se levantó para servirse una taza de café. Lo acostumbraba cargado y con muy poco azúcar. Aunque era un individuo joven, de algunos treinta y cinco años, tenía una implacable herencia familiar que lo predisponía fuertemente a la diabetes. Y, si a algo le tenía miedo, era a las enfermedades. Más a las crónicas, porque matan lentamente y hacen estragos irreversibles. Entre todas, la que más pavor le ocasionaba era, precisamente, la diabetes; porque no podía borrarse de la mente la imagen de su abuelo que empezó perdiendo los dedos de los pies; luego los pies; más tarde las piernas; posteriormente los muslos, la vista, la función de los riñones, la sangre, la vida... Por ello se cuidaba de no consumir demasiada glucosa y no sabía si era por su precauciones o porque su cuerpo así estaba diseñado, se mantenía preocuntemente delgado, para el gusto de cuantos lo rodeaban.
Afortunamente, a pesar de su aspecto famélico, las únicas enfermedades que recordaba haber padecido eran las de la infancia: varicela y sarampión. Después de eso, un par de catarros, un periodo de diarrea de tres días y nada más.
El primer sorbo se acompañó del ruido de la puerta y el timbre del reloj. Eran las ocho. Los contertulios habían empezado a llegar y muy pronto aquello estaría lleno de gente que iba a leer sus obras y a criticar las de los otros, en un sano ejercicio de poner a prueba la creación y la creatividad.
-¿Con qué nos sorprenderás ahora? -preguntó Antonio.
-Traje un cuento breve. Pero quiero proponerles un reto más grande: pasar del cuento, a la novela.
-¿Hay alguna propuesta concreta?
-Quiero que exploremos la literatura "negra". Ninguno de nosotros ha escrito jamás un cuento en ese estilo. Tampoco hemos escrito novela. El reto es, pues, escribir una novela negra. Haremos un concurso entre nosotros y votaremos por la mejor versión. Una vez elegida la obra, las demás serán destruidas para que no haya textos de tema semejante. ¿De acuerdo?
Todos los presentes aceptaron. Acordaron un plazo de tres meses para completar los textos y traerlos al círculo para ser leídos y juzgados.
-Las pautas generales -dijo Collado- son las siguientes: una mujer casada tiene un amante y se embaraza de él. Para evitar que el marido la toque y llegue a conocer esa verdad, inventa estar enferma. Convence al marido de que siente malestares intensos y hasta cierto repudio de su compañía. Éste se conforma y no cuestiona a su mujer. Ella constriñe el abdomen cuanto puede y llegado el momento acude a que la operen y extraigan al feto. El feto muere y ella se deshace del cuerpo. De algún modo la policía se entera y cuando empiezan las investigaciones, el marido conoce la verdad que desde el principio la mujer le ocultaba.
-Amigos -agregó-: a ustedes y a mí corresponde idear la historia. La más interesante, la más inverosímil, la menos predecible, la más ingeniosa, será la ganadora. El dinero del círculo, será empleado para la publicación. Señores: ¡A escribir!
Amigos estudiantes: a ustedes corresponde -en el área de comentarios- añadir el resto de los capítulos de esta novela colectiva. Sean imaginativos y démosle la mejor forma a este trabajo. Les aseguro que el experimento les va a gustar mucho. Al agregar en comentarios su capítulo, escriban inmediatamente abajo su nombre, pero marquen el comentario como anónimo, para que el programa no les ponga límites que les imposibilite cumplir con esta tarea. Hasta pronto.